A 1.000 días de su mandato la aceptación de Lacalle Pou continúa positiva para los uruguayos
- Dec 08 2022
Pese a los embates permanentes de la oposición y al caso Astesiano, los porcentajes positivos del presidente de la República en las encuestas se mantienen. Más allá de una baja en la aceptación y un aumento en el rechazo -que llega al 40% coincidiendo con la intención de voto del FA según Equipos- el saldo positivo, en el que podría ser el peor momento de su gobierno, asombra a propios extraños y supera al de presidentes anteriores.
De acuerdo con el último sondeo presentado por la encuestadora Equipos, los juicios de los uruguayos sobre el desempeño del presidente muestran variaciones a la baja. Los registros actuales son los más bajos en lo que va de su período de gobierno, aunque, aun así, Lacalle Pou mantiene el saldo positivo.
Al comenzar diciembre, las opiniones de los uruguayos sobre la forma en que el presidente se está desempeñando muestran un escenario dividido: 44% aprueba su gestión y 40% la desaprueba. Un núcleo minoritario de la población sostiene juicios intermedios (ni aprueba ni desaprueba, o no opina). De esta forma, el presidente obtiene al comenzar diciembre un saldo neto positivo de cuatro puntos porcentuales.
El análisis de la consultora establece que es la primera vez que los juicios positivos están por debajo del 45% y también la primera vez que las opiniones negativas alcanzan el 40%. Si bien las variaciones respecto a la medición anterior, de fines de octubre, podrían considerarse moderadas (de hecho, dentro o al límite del margen de error), la comparación con la medición previa de principios de octubre muestra el panorama más claramente. Entre ese momento (recién iniciado el episodio vinculado a Astesiano) hasta la medición actual de principios de diciembre la aprobación al presidente pasa de 49% a 44% (caída de 5 puntos) y la desaprobación de 32% a 40% (crecimiento de 8 puntos). El saldo neto, entonces, pasa de +17 en aquel momento a +4 en la actualidad.
Equipos recordó que el análisis de cómo se han comportado los juicios presidenciales en los anteriores períodos de gobierno abre distintos escenarios.
En Uruguay, desde que hay encuestas de opinión nacionales regulares, han transcurrido siete períodos presidenciales (contando el actual) y, en tres de ellos, la aprobación presidencial siguió el tradicional modelo de “u”, con un inicio con niveles altos, años intermedios con aprobación a la baja, y una recuperación al final.
Ese modelo puede verse, explican, en la trayectoria de las presidencias de Tabaré Vázquez en su primer gobierno (2005-2009), de José Mujica (2010-2014), y también (en otros niveles y con menor intensidad) en el de Lacalle Herrera (1990-1994). Estos tres ejemplos tienen en común que el “año del medio” fue el punto más bajo de evaluación de la gestión, y todos tuvieron una recuperación al final que los acercó aproximadamente a sus niveles iniciales.
Pero otros presidentes no siguieron el mismo patrón. Hubo dos períodos en los que el punto más bajo de evaluación de gestión no fue el “año del medio” sino el siguiente. Este fue el caso de Jorge Batlle (2000-2004), y de Tabaré Vázquez en su segundo gobierno (2015-2019). Aunque en niveles bien distintos, estas evoluciones tuvieron un patrón común: el punto más bajo de ambos no fue el tercer año sino el cuarto, y también su recuperación en el año final fue de menor intensidad que la de los tres casos anteriores, sin acercarse a sus niveles iniciales.
El segundo gobierno de Sanguinetti (1995-1999) responde más a un patrón de estabilidad que a ciclos de cambio definidos, y parece ser bastante diferente al resto, según Equipos. Todos los presidentes, hasta ahora, han crecido sobre el final (aunque con intensidades muy distintas), y registrado una mayor aprobación en su último año que en el “año del medio”.
Hasta ahora, considerando los promedios anuales, para Equipos, Lacalle Pou está siguiendo una trayectoria relativamente habitual en los ciclos de evaluación presidencial, más allá de que durante la pandemia el período de “luna de miel” se prolongó y profundizó de forma particular.
Sin embargo, en filas nacionalistas hay otra lectura acerca de los porcentajes positivos que continúa recogiendo el presidente de la ciudadanía. Si bien comparten que otros mandatarios tuvieron ciclos similares, marcan que “el efecto Lacalle Pou” tiene componentes bien marcados y que incluyen diversos aspectos
Es el caso del diputado por Maldonado Rodrigo Blás que, en diálogo con Punta News, recordó que, desde el inicio del mandato, Lacalle Pou ha continuado con la política de comunicación abierta de la campaña y períodos anteriores. Esa forma de comunicar incide de manera directa en la apreciación de la población respecto a los temas que maneja el presidente, explica.
Además, el hecho de que el mandatario “no esquiva ningún tema” y que desde el primer día de su gestión no ha modificado el trato cercano con la gente -contrario a lo que sí hicieron algunos de sus predecesores-, agrega Blás, consolidó una imagen sólida y cercana con los gobernados.