Protestas de agricultores: entre competitividad y cumplir el Pacto Verde europeo
- Feb 24 2024
Algunas de sus quejas ambientales es que las limitaciones de los transgénicos no les permiten competir con los productos importados. Y ya ganaron el pulso frente a algunas regulaciones del Pacto Verde, como no reducir el uso de pesticidas de aquí al 2030 y no dejar el 4% de las tierras cultivables libres para que se puedan regenerar, lo que se conoce como barbecho.
Los agricultores llevan más de un mes protestando en Europa. Los tractores y los camiones han bloqueado las calles de países como Francia, Bélgica, Polonia, Italia y España. Aunque son muchas sus razones para manifestarse, varias de ellas tienen que ver con el medio ambiente.
Su argumento es que las regulaciones que tiene la Unión Europea para reducir la contaminación y proteger la biodiversidad, van en contra del desarrollo agrícola y especialmente los pone en desventaja con los agricultores de otros países. Así lo explican desde la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), una de las tres organizaciones que promueven las protestas en España.
“En Europa están prohibidos la mayoría de los productos transgénicos, que son modificados genéticamente para poder crecer y resistir por ejemplo las sequías. Pero sí se permite que entren por los puertos europeos esos productos que pueden venir de Brasil, Canadá, Estados Unidos. Como ocurre con el maíz transgénico. Queremos jugar con las mismas reglas de juego”, explicó a France 24 Juan Luis Delgado, vicepresidente de ASAJA Nacional y presidente de ASAJA Salamanca.
Pero los transgénicos no solo tienen que ver con la competitividad. Ocho organizaciones ambientales explican que las siembras modificadas genéticamente pueden tener un impacto en la salud humana y en la naturaleza. Por ejemplo, puede afectar la adaptación que algunos ecosistemas ya han logrado para hacerle frente a la crisis climática. Y también podrían afectar las patentes sobre los derechos de los agricultores para acceder a ciertas semillas.
En ese sentido, la Comisión Europea intentó en diciembre del año pasado crear un marco normativo para regular los transgénicos y decidir cómo estudiar los riesgos. Pero no hubo acuerdo por la oposición de algunos países como Polonia y Hungría. Por todo ello, las normas sobre dichas modificaciones genéticas siguen siendo la misma.
La UE dio su brazo a torcer sobre los pesticidas y el barbecho
A diferencia de lo que ha ocurrido con los transgénicos, la Unión Europea sí concedió algunas de las peticiones que han hecho los agricultores en sus protestas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von Der Leyen, pidió retirar el proyecto legislativo con el que se pretendía reducir a la mitad el uso de pesticidas al 2030. Aunque como lo explicó en la red social X Tom Kucharz, de Ecologistas en Acción, la medida murió desde 2023 cuando el Parlamento Europeo la rechazó en medio de la presión del lobby de las agroquímicas.
Otra norma que se echó para atrás tiene que ver con las tierras productivas. El reglamento europeo establece que el 4% de las tierras cultivables debe dejarse libre para que la tierra no se desgaste y se regenere, lo que se conoce como barbecho. Las protestas lograron que en ese espacio les permitan tener cosechas de alimentos como lentejas o guisantes al menos durante este 2024.
Estas habían sido dos de las mayores exigencias de los agricultores, que afirman que las regulaciones ambientales del Pacto Verde reducen su competitividad frente a los productos importados. El Pacto Verde es un paquete de iniciativas políticas que creó la Unión Europea para lograr ser la primera región del mundo con neutralidad climática al año 2050.
Las normativas prometen que la transformación de los países del bloque incluye una economía moderna y sostenible, aunque los agricultores que protestan opinan lo contrario. El vicepresidente de ASAJA sostiene que más que medidas ambientales, la Unión Europea necesita que se potencie la soberanía alimentaria.
Para Laia Serra Valls, experta en agroecología en Ecologistas en Acción de Cataluña, la soberanía alimentaria es un tema que está sobre la mesa. Pero afirma que la razón por la que los agricultores han perdido margen de maniobra no es el Pacto Verde, sino el sistema productivo actual.
“La gran pérdida de biodiversidad y de ecosistemas es, en mucha medida, provocado por el sistema agroindustrial que usa tóxicos, que explota hasta el máximo los suelos y mata la vida que hay allí. Por eso, hay que señalar las verdaderas causas de la situación, donde mucha parte del campesinado está en condiciones muy difíciles. Pero, no podemos renunciar a ningún pequeño paso para conseguir una agricultura más responsable y sostenible. Hay medidas que proponemos, pero evidentemente no pasan por anular el barbecho ni aumentar el uso de elementos fitotóxicos”, explicó Serra Valls a France 24 en Español.
Sin embargo, ella aclara que no hay una dicotomía entre ecologistas y agricultores porque al final ambos aman la tierra. Aunque añade que “el mundo del campesinado no es uniforme ni homogéneo”.
“Aquí hay empresarios, jornaleros que están malviviendo, pequeños productores que sí son empresarios, pero que intentan regenerar el suelo”, señala; y los diferencia de las grandes industrias. “Hay un sistema de agroindustria que nos está envenenando y empobreciendo. Solo beneficia a unos pocos”, subraya.
Por eso, sostiene que aunque sí es necesario luchar por la soberanía alimentaria de la Unión Europea, esto no se puede hacer yendo en contra de los tratados ambientales.
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